Encerrado donde habitan los más oscuros deseos, el amor más puro e infinito, los recuerdos de aquellos momentos que no nos quieren dejar ,fieles a quien los retuvo un día...
Ahí se esconde el peor de los villanos, el señor de nuestras sombras, aquel que vive de nuestro dolor mudo, ese que no se manifiesta en nuestro cuerpo, tan solo en la falta de brillo de una mirada que un día fue capaz de iluminar a otro ser.
Un día se despierta en algún rincón inhóspito de nuestra mente, y aburrido de la paz reinante, remueve entre aquellos recuerdos que cerramos bajo llave, y los extiende como si fuesen elaborados tapices. Esos recuerdos envenenados que poco a poco van contaminando todo su alrededor, se despliegan por cada esquina, cada rincón hasta que nos llega al pecho y lo presiona para abrirse camino hacia el exterior, queriendo salir de su prisión.
Ni sueñes que te voy a dejar salir, pienso combatir con 1000 sonrisas, reconstruir las ilusiones que derribas a tu paso, reforzar tu jaula para que no te vuelvas a escapar, e iré a visitarte de vez en cuando para que no quieras dañarme más por mi indiferencia, prometo que no te dejaré marchar.
