¿Qué decir sobre este hombre que no se haya dicho ya? Pues nada, así que esta entrada no habla de nada nuevo, quiere subrayar las genialidades de por aqui y por allá que he coleccionado de este director.
Empezaré comentando su primera película. Llegó al cine casi por casualidad, al principio Quentin y amigos disponían únicamente de 30.000 $ para su realización. Cosas del destino y de que el mundillo del cine es más pequeño de lo que parece, quiso la fortuna que una copia del guión cayera en manos de Harvey Keitel, el cual, no sólo quiso un papel en la película, si no que a demás se encargó de la coproducción, gracias a lo que finalmente contaron con 1,2 millones de dólares para llevar a cabo el proyecto. Así fue como se convirtió en uno de los hitos del cine Independiente.
RESERVOIR DOGS:
1. Esta podría ser otro de los ejemplos de "parejas bien avenidas" que ya comenté anteriormente en el blog; Roth - Keitel. Me pusieron los pelos de punta, llegan a establecer entre ellos una relación casi consanguínea (nunca mejor expresado) entre ellos. La manera en que Keitel parece estar cuidando de su "hermano menor" es enternecedora; y la gratitud infinita de Roth traspasa su propia interpretación (aunque algunos momentos parezcan un poco forzados). Con la cantidad de "machotes" y tipos/as duros/as que aparecen en las películas de este director, hay que reconocerle que lo hace tocando todas las gamas de emociones humanas a su disposición, eso sí, siempre que el guión lo permita. 2. Sé que estoy harta de comentar este punto en concreto de esta película, pero es que me parece magistral que un film rodado en su mayor parte dentro del mismo emplazamiento (una nave pelá pelá) atrape al espectador de tal manera que no sólo ve, sino que devora cada metraje. La situación y los efectos no son importantes en absoluto, a cambio nos deleitan con un guión ágil y exquisito, a veces incluso perturvador. Hay algunos planos que me encantan estéticamente hablando, como el de Roth delante de aquel muro gigantesco que esta grafiteado de punta a punta, el actor se pierde entre tanto colorín.
3. Una de mis escenas favoritas del cine: esa conversación del principio, en el café con todo el reparto, hablando de Madonna y su canción "Like a virgin" y el debate sobre las propinas. Me gusta especialmente el ritmo de la conversación, y la manera de relacionarse entre ellos. Es curioso que ninguno sabe como se llama su compañero de al lado (solo son colores) y sin embargo el ambiente es distendido, como si fueran viejos amigos que se reencuentran después de muchos años. Esta escena es ritmo y armonía en estado puro.
"Are you gonna bark all day little Doggie or are you gonna bite?"





